16.10.10

Cada mañana el sol nos dio la cara al despertar, cada palabra que le pronuncie lo hacía soñar. No era raro verlo en el jardín corriendo tras de mí y yo dejándome alcanzar, sin duda, era feliz. Era una buena idea cada cosa sugerida, ver la novela en la televisión, contarnos todo, jugar eternamente el juego limpio de la seducción y las peleas terminarlas siempre en el sillón. Me va a extrañar al despertar, en sus paseos por el jardín, cuando la tarde llegue a su fin. Me va a extrañar al suspirar porque el suspiro será por mí, porque el vacio la hará sufrir. Me va a extrañar y sentirá que no habrá vida después de mí, que no se puede vivir así, me va a extrañar cuando tenga ganas de dormir y acariciar. Al medio día era una aventura en la cocina, se divertía con mis ocurrencias y reía. Cada caricia la avivaba el fuego a nuestra chimenea, era sencillo pasar el invierno en compañía.

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